Se acerca la temporada de diciembre, y con esta, es inevitable no hacer un balance sobre lo realizado a lo largo del año; además de pensar en qué se pudo hacer mejor y los nuevos propósitos para el año entrante. Con respecto a esto último, existen diferentes métodos para atraer la suerte y la prosperidad, generando energía positiva de cara a los retos del año nuevo. De igual forma, es necesario tener en cuenta que, más allá de los rituales o prácticas que se realicen encaminadas a llamar la buena suerte, lo verdaderamente importante es que todo lo que hagamos sea en pro de mejorar nuestra perspectiva de la vida, además de enfocarnos en la consecución de nuestras metas.
Para tal fin, Maravillas de la Fe trae como recomendado para esta época el siguiente ritual que le permitirá concentrar todas sus energías en llamar la abundancia, la prosperidad y la suerte, alejando de paso malas vibraciones que se encuentren en su entorno:
- Despeje su mente de todo pensamiento e imagen. Trate de estar en un estado de paz y serenidad.
- Acto seguido, reúna los siguientes elementos: una copita de coñac y siete velas de estos colores: Rojo (amor y pasión), Rosa (ternura), Verde (prosperidad, equilibrio, abundancia); Blanco (pureza, buenas intenciones), Azul (honor y verdad), Amarillo (felicidad, luz) y Naranja (alegría).
- Coloque las velas sobre una superficie sólida en el orden que desee. A continuación, ubique la copita de coñac sobre el centro de las velas.
Enciéndalas una por una, con el pensamiento puesto en atraer la buena suerte y la fortuna.
- Deje que las velas se consuman en su totalidad de manera natural, evitando que el viento las apague. Mientras pasa esto, imagínese cómo mejorará su vida cuando la buena suerte toque a su puerta.
- Apenas se haya apagado la última vela, alce con su mano la copa, haga un brindis en honor a la prosperidad y la fortuna, y beba el coñac de un solo sorbo.
Recuerde que, más allá de llevar a cabo todos los pasos al pie de la letra, lo más importante es que estos rituales los realice en plenitud de conciencia, con fe y motivado por un sentimiento verdadero de beneficio.